miércoles, 6 de abril de 2011

Rincones de mi memoria (Viernes de Dolores)

Llevo varios días con una idea que me ronda la cabeza, escribir sobre aquel lugar en el que me gusta ver cada procesión. Al mismo tiempo quiero hacer fotos de esos lugares durante la cuaresma. Mi intención es fotografíar aquellos rincones que me hablan de la Semana Santa a través de la memoria y la ausencia. De momento comienzo con la parte escrita y a ver si más adelante termino el proyecto con la parte gráfica.

Viernes de Dolores:
Hace muchos años, después de ver la procesión del Amparo en Murcia, mi tío Antonio me propuso que fueramos a Los Dolores, ya que se había enterado que en aquella pedanía murciana había una procesión. Para allá nos fuimos en un peugeot 205 plateado que él tenía en aquel momento. En mi memoria se guarda, pese a que yo tendría tan solo 10 años, que la procesión la vimos ya de vuelta, en la Calle Mayor, a unos doscientos metros de la iglesia parroquial. Todavía recuerdo grátamente la sorpresa que me supuso una procesión que por aquel momento incluso contaba con más pasos que la procesión de la capital. Desde aquel día muy pocos han sido los años que me he perdido el desfile de Los Dolores.
Mi relación con esta pedanía ha ido en aumento, sobre todo desde que mi hermana se fue a vivir allí hace 12 o 14 años. Así que todas las Semanas Santas muchos miembros de mi familia y algunos amigos nos reunimos para ver la procesión en la puerta del Bar el Pirri. A las 21:00 horas sale de la iglesia, cinco minutos después ya está la cabeza de la procesión frente a nosotros. Para mi es de una gran emoción escuchar los primeros tambores, ver los primeros capirotes, tomar conciencia de que un año más estamos aquí, de que un año más estamos vivos. El cortejo cuenta con cinco pasos, y en unos 35-40 minutos ya ha pasado.
Es el momento de recoger, de salir corriendo, de montarnos en el coche y por la orilla de la vía dirigirnos a la Iglesia de San Nicolás. A estas alturas el numeroso grupo que éramos en Los Dolores queda reducido a menos de 5. Yo siempre estoy, y mi sobrino Jorge también, los demás van cambiando según los años, mi padre, mi mujer, mi cuñao, mi amigo Javi y su mujer... Llegamos a la carrera, justo antes de que la procesión comience a entrar en San Nicolás. Nos gusta ver la procesión prácticamente bajo la torre de la iglesia, en la curva en la que se une la Plaza Mayor con la Calle San Nicolás. Lo cierto es que todos los años, cuando se cierra la procesión termino cabreado con esta cofradía. Es una pena que no cuiden los detalles, que por pequeñas cosas no encuentren (o quizás no encuentro) la magia necesaria que hace de una procesión algo único. Pero aún hay algo peor que ésto, y es que ya queda un día menos para que se acabe la Semana Santa.

                                        Calle San Nicolás

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