martes, 4 de febrero de 2020

PADRE



¿Padre, cuanto queda para que empiece la Semana Santa?
Algo más de una semana.ꟷ Contestó Juan acariciando la cabeza de su pequeño.
ꟷ¿Y me llevarás a las procesiones?
ꟷClaro Pepico, Cuando llegue el Lunes Santo iremos a San Antolín a ver la primera procesión.
ꟷPero si la iglesia de San Antolín está destrozada después de lo de la guerra.
ꟷTienes razón hijo, hasta que no reparen la iglesia, la procesión del Perdón tendrá que salir del templo de San Andrés, pero el alma del barrio no puede arrancarse con ninguna bomba ni ningún incendio, y más aún cuando se acerca su día grande.  El sanantolinero tiene la sangre magenta y en lo más profundo de sus entrañas al Señor del Malecón.
­ꟷ No lo entiendo ­ꟷ decía el muchacho mirando extrañado a su padre.
ꟷEn estos tiempos hay cosas que ni yo las comprendo ­ꟷ musitó entre dientes mientras dejaba escapar un suspiro.
ꟷ¿Padre, y cuantos pasos salen en la procesión de Lunes Santo?
ꟷ Pues deben ser  5 o 6, no lo sé seguro, porque desde que terminó la guerra, casi todos los años se van añadiendo nuevos tronos. Haber, déjame pensar ꟷ comenzó a enumerar ꟷ El Prendimiento, El Caifás, La Flagelación, El Cristo del Perdón, La Soledad… ah si, y hace dos años se incorporó El Encuentro. Seis en total.
ꟷ¿Y usted porque no sale cargando en ningún paso?
ꟷ¡Ay hijo!, porque nuestros tronos siempre los portan gente de huerta, hombres acostumbrados a trabajar de sol a sol. Yo estoy delgaducho y mi trabajo en Correos no requiere fuerza física. Nosotros somos nazarenos de silla.
ꟷ¡Pero si siempre vemos las procesiones de pie! ꟷ le reprochó Pepico.
ꟷEs una forma de hablar. A lo que me refiero es que hay gente que participa de forma activa en la procesión, pero también tiene que haber gente que esté de espectador. ¿Me comprendes?
ꟷSi ya, pero ꟷ  insistió el niño ꟷ ¿Por qué, con lo que nos gustan las procesiones, nadie de nuestra familia sale de nazareno?
ꟷPues porque salir en las procesiones cuesta mucho dinero. Hay que pagar la cuota de la cofradía, hay que hacerse la túnica, hay que comprar caramelos, monas, huevos duros… No son buenos tiempos.
ꟷPadre, no sé si lo sabe, pero Antonio me ha dicho que quiere hacerse cofrade del Perdón y que se lo va a pagar con el dinero que saque de pitar. Dice que se va a hacer árbitro de fútbol.
­ ꟷTu hermano ya es mayorcito y podrá hacer con su dinero lo que quiera, pero que se olvide de lo de ser arbitro y que se centre en estudiar para entrar en Correos, que es lo que nos da de comer a toda la familia. Y tú, cuando seas mayor harás lo mismo, porque aunque nunca sacaremos los pies del plato, tampoco nos faltará un plato de comida cada día.
ꟷ¿Y usted cree que alguna vez podré salir de nazareno?
ꟷSi alguien te deja la túnica, a lo mejor si.
ꟷ¿Padre, y este año me darán caramelos?
ꟷAlguno te darán, digo yo.
ꟷ¿Me llevarás también a ver como arreglan los pasos de la procesión del barrio?
ꟷIrás con madre, pues yo estaré trabajando.
ꟷ¿Y me comprarás un tambor para tocar el porrón chin chin?
ꟷAnda hijo, cómete la tortada, y déjate de Semana Santa, que hoy lo que celebramos es San José y aún queda una semana para Domingo de Ramos.
ꟷ¿Pero padre…?

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